viernes, 22 de mayo de 2009

DUERME TRANQUILO

DUERME TRANQUILO


A mis oídos. Ya olvidaste. Bueno.
Duerme tranquilo. Debe estar sereno
Y hermoso el rostro tuyo a toda hora.
Cuando encanta la boca seductora
Debe ser fresca, su decir ameno;
Para tu oficio de amador no es bueno
El rostro ardido del que mucho llora.
Te reclaman destinos más gloriosos
Que el de llevar, entre los negros pozos
De las ojeras, la mirada en duelo.
¡Cubre de bellas víctimas el suelo!
Más daño al mundo hizo la espada fatua
De algún bárbaro rey Y tiene estatua.

6 comentarios:

  1. Me ha gustado tu poema.
    Con su carga profunda de adversa melancolía.
    Un estupendo escrito.
    Un saludo.

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  2. No se puede dormir tranquilo cuando el dolor es más profundo que el amor.

    Un poema que me hace pensar en mi rostro herido.

    Recuerdos!

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  3. es hermoso como de esas épocas en que no hacia falta pensar en los vestidos, sino en caer en brazaos de un bravo guerrero...

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  4. Fantástico!
    Y no solo tienen estatuas...

    Ksss

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  5. "POEMA A MI GUITARRA".

    "Guitarra mía;
    compañera de mi alma,
    tú que me engaña las penas...
    Que a mí siempre me acompañan.

    Contigo soy feliz;
    y me siento muy contento,
    hago huir mis penas...
    Y afloran mis sentimientos.

    Cuando templo tus tripas;
    desde el bordón a la prima,
    siento caricias divinas...
    De corazón compartida.

    En tu quinta, tu cuarta y tu tercera,
    mi sinrazón se me quema,
    mis sufrimientos se quedan...
    De mis sueños y vocinglera.

    La segunda;
    el rugir de una Pantera,
    con esa quimera tuya,
    con ese amor que me espera…
    El calor de la candela.

    Tú prima y tu bordón;
    tonos de tantos amores,
    de tanto y tantos horrores...
    De llantos y desamor.

    ¡¡Un gran clamor de tambores!!;
    clarines y desenfados,
    para toreros vestidos…
    Con trajes almidonados.

    Huyen los cuervos heridos;
    con pistolas en tejados,
    de mala suerte, de amor dejado.

    Guitarra mía;
    instrumento de mi alma,
    paradoja del instinto...
    Inmersa en una caja.

    Como mi propio Destino;
    mis dolores prematuros,
    mis sufrimientos humanos,
    que albergan a todas luces…
    Mis sentimientos gitanos.

    ¡¡Ay guitarra mía!!;
    cuantos sueños he dejado,
    por necia altaneria...
    En balcones y tejados.

    Por una desgracia mía;
    por un amor no hallado,
    gracias guitarra mía...
    Por no haberme abandonado".

    "Para mi niña, con cariño. Jesús.

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