Generoso en la copa, ruin en todo;
ronca la voz, inyecta la mirada,
párpados gruesos, faz abotagada
y siempre crudo cuando no beodo.
Perdida la razón, goza a su modo,
y nunca estar en su razón le agrada;
que el vino es todo, la razón es nada,
y sólo vive al empinar el codo.
Cuando al inflamarle empieza el aguardiente,
lenguaraz, atrevido y vivaracho,
es intrépido, franco y excelente
amigo; pero juzgo sin empacho
que no es franco, ni amigo, ni valiente;
porque el borracho, en fin, sólo es . . . borracho.
Hola vi el destello de luz
ResponderEliminarde una inspiracion y entre
a conocerte tienes un bonito
blog donde pasar ratitos bellos.
Te sigo saludos...
Me parece que nos has traído un soneto encadenado muy bien construído tanto en la forma como en el fondo. Un saludo
ResponderEliminar