sábado, 12 de junio de 2010

EL BORRACHO


Generoso en la copa, ruin en todo;

ronca la voz, inyecta la mirada,

párpados gruesos, faz abotagada

y siempre crudo cuando no beodo.

Perdida la razón, goza a su modo,

y nunca estar en su razón le agrada;

que el vino es todo, la razón es nada,

y sólo vive al empinar el codo.

Cuando al inflamarle empieza el aguardiente,

lenguaraz, atrevido y vivaracho,

es intrépido, franco y excelente

amigo; pero juzgo sin empacho

que no es franco, ni amigo, ni valiente;

porque el borracho, en fin, sólo es . . . borracho.