viernes, 27 de marzo de 2009

GÉNESIS


Como un espejo que sangra,

como una herida que escurre

resbalo.

Desfallezco y resbalo por la boca del volcán,

resbalo entre tus piernas y tiemblo

ante la vacilación.

Tiemblo,

procuro sostenerme.

lunes, 23 de marzo de 2009

DADME MI NÚMERO


¿Qué es lo que esperan? ¿No me llaman?
¿Me han olvidado entre las yerbas,
mis camaradas más sencillos,
todos los muertos de la tierra?

¿Por qué no suenan sus campanas?
Ya para el salto estoy dispuesta.
¿Acaso quieren más cadáveres
de sueños muertos de inocencia?

¿Acaso quieren más escombros
de más goteadas primaveras,
más ojos secos en las nubes,
más rostro herido en las tormentas?

¿Quieren el féretro del viento
agazapado entre mis greñas?
¿Quieren el ansia del arroyo,
muerta en mi mente de poeta?

¿Quieren el sol desmantelado,
ya consumido en mis arterias?
¿Quieren la sombra de mi sombra,
donde no quede ni una estrella?

Casi no puedo con el mundo
que azota entero mi conciencia...
¡Dadme mi número! No quiero
que hasta el amor se me desprenda...
(Unido sueño que me sigue
como a mis pasos va la huella.)

¡Dadme mi número, porque si no,
me moriré después de muerta!

lunes, 16 de marzo de 2009

AROMA DE MIL FLORES


Tiembla la hojarasca a la espera del amante,
como tiembla el olmo en la tormenta
con cada embestida de viento;
tiembla impaciente pero de pie espera.
Como huracán doblega mi encendido follaje,
penetra, penetra con enormes raíces
la espesura de mi ansiosa tierra
sembrando gemas en el enigma de la noche.
Satisfecho-hijo del viento- descansas.
Duermes entre aroma de mil flores
esperando que llegue el alba a despertarnos
con el eco de nuestras cálidas tormentas.

viernes, 13 de marzo de 2009



Quién pudiera aprender los largos versos

que saben las oscuras golondrinas;

ellas retornan al oír el canto

de lo que fue un lejano Ave María.

Quién dijera de pronto al recordarme:

delante de una lámpara encendida

dejaba en cada línea de papel

los versos que las páginas perdían.

Solía al ver crecidas su melena,

su lágrima y su uña andar sombría.

Y le han crecido por andarse triste

en vez de cualquier cosa, margaritas.

Y que se diga un dulce cuento al niño:

bajó la muerte a ella cierto día

en que la lluvia se volvió una gota

sobre la rosa que perdió la vida.

viernes, 6 de marzo de 2009




Por la oscura senda la dura sombra iba
Luchando con el frío viento
que de alguna parte alguien le soplaba.
Apenas a mí su voz me alcanzaba:

"¿De qué lado malvado viento,
vienes a perturbar mi solitaria marcha,
qué labios azuzan tu instinto,
qué extrañas fuerzas
sobre mi cuerpo te dirigen?
Continuar debo yo este camino
que tanto tiempo
los dioses prometieron a mis ojos"

Quebrada la sombra iba entre las piedras
con humana voz diciendo:

"Salir quisiera de este indeseado
tiempo que la muerte acosa a mis ojos.
Mirar quisiera yo tus ojos
Noble Esperanza, en este valle,
antes que todo tinieblas sea en mi alma
y nada mover pueda mi cuerpo,
ni el desventurado viento
que sin razón mis pasos va truncando,
ni la desnuda noche
que cabalgando va por los desiertos deshielados
para cobijar mi nombre entre sus manos."

Más eran los ruidos
que sus pasos en el charco hacían,
lo que de él hasta mí llegaban.
El sonido de su hambrienta voz
con suavidad el viento aniquilaba.
Así, ya despuntaba para mí otro día,
y otra larga noche para él,
el frío viento a sus ojos ofrecía.